lunes, 8 de enero de 2018

"...Y es que «más allá del amor», ya no hay amor. Hay un relámpago de luz que cae sobre un cielo oscuro y quema a los árboles y el pasto. Y los animales se mueren asfixiados en ese bosque en donde hubo amor.
«Más allá del amor» es escribir esta historia. Lo cual no es revivirla. Escribir es un acto personalísimo. No involucra sino al escritor, al papel y a sus hipotéticos lectores. Escribir es un vicio, una forma de ver la vida. Escribir es un arte trascendental que no sabe de sentimientos. Los escritores pasan las barreras del tiempo, y son reconocidos como los más grandes sabios de la humanidad. Más que los políticos. Más que los que tienen dinero. Escribir es quizá el arte más económico que puedes hacer, porque cualquiera puede escribir, ya que «cualquiera» puede tener en sus manos un lápiz y un papel...
«Más allá del amor», es sentir siempre que el pasado se humedece. Cargaremos a esas personas para encima, vayamos para donde vayamos. A mí me gusta llamar a este proceso: ráfagas. Sí, son ráfagas de recuerdos que aparecen, ametrallando tu vida.
«Más allá del amor» puede haber sueños, porque éstos no saben jubilarse. Estos sueños estarían siempre para la sorpresa de Ricardo y de Anaís a través de los años. Sueños simples, sueños eróticos, sueños de aguas, de verse, de encontrarse en situaciones que ya no comparten juntos...
«Más allá del amor» no hay conversación posible, y sin embargo; ¿cuántas veces conversaron Ricardo y Anaís en lo hipotético?...
«Más allá del amor» no hay rencor tampoco, es como cuando la gente se jubila de un trabajo, y queda una pensión de por vida, que son los recuerdos, pero, queda un sentimiento de haber cumplido la labor.
«Más allá del amor» hay más recuerdos bonitos que momentos tristes, a pesar de que el adiós vino como exaltación de los malos momentos, los bellos recuerdos nos ponen una sensación en la cara de nostalgia y de respeto por ellos...
«Más allá de amor» no hay correspondencia posible, sin embargo, de haberse escrito alguna cosa, seguramente Anaís le habría enviado por correo electrónico, lo que ella creía era la Despedida de Gabriel García Márquez, y él, seguramente, le hubiera discutido que no, que García Márquez no había escrito tal despedida, sino un autor mexicano que era ventrílocuo y tenía un muñeco de tela...
«Más allá del amor» no hay deseo, aunque vengan las imágenes de aquellos cuerpos, ardiendo entre llamas, en el recuerdo tardío...
«Más allá del amor» es probablemente masoquismo, equivale a alcanzar la meta y rebasarla, como lo hacen los corredores de atletismo cuando corren aún más en los últimos metros cuando ven la meta, en cualquiera de las carreras; de los 100, 200 o 400 metros planos...
«Más allá del amor» es un compromiso. Es un debate eterno. Es una amistad que nace para compartir palabras que el silencio se encarga de alimentar con unos versos que dejó el amor, que dejó la ira, que hablan de volver y de retornos, de antigüedades idas...
«Más allá del amor» es casi la vida. Sentirás eternamente que «Alguien» se quedó del otro lado del río, cuando había amor... y que ese alguien está vivo, y de vez en cuando; piensa en ti…
«Más allá del amor» cuando obtienes un logro (llámalo título, propiedad, hijo, lo que sea...), en un instante respiras y piensas que en el fondo en esa otra persona que se quedó en el pasado, colaboró con ese logro y pudo estar contigo en el momento de celebrar esta dicha, este logro...
«Más allá del amor» hay también tristeza, y hay misericordia y Lunas viejas...
«Más allá del amor» es el nirvana, el apagar de un soplo, el cesamiento de toda pasión y deseo; es una existencia libre de toda sensación, como el dolor, el temor, el deseo, el amor o el odio...
«Más allá del amor» es un estado de tranquilidad, reposo e inmutabilidad eternos...
«Más allá del amor» es esta historia, que puede ser la suya propia...
Fin del Capítulo 11..."
(Fragmento del final de un capítulo de "La Novela Poemario 3", de mi autoría...  Está publicada en www.amazon.com desde el 16 de noviembre del año 2015)...
Atentamente,